El pasado mes de agosto el presidente de Ecuador Rafael Correa comunicaba su decisión de abrir la explotación petrolera en el Parque Yasuní, luego en septiembre, lanzó la campaña «La mano sucia de Chevron», que denuncia el daño ambiental causado por esta transnacional en el Amazonas.
«En el 2009 Correa era elogiado por los ambientalistas por no permitir las perforaciones en Ishpingo-Tambococha-Tuputini -o ITT- un área rica en petróleo en el Parque Nacional Yasuní (…) pero el mismo año el ministro de Planificación Económica de Ecuador preparó una presentación privada para el equipo de Correa, donde prometió hacer «el mayor esfuerzo para apoyar a PetroChina y Andes Petroleum (también china), en la exploración en ITT», aseguró Reuters el pasado 26 de noviembre.
Para el asambleísta ecuatoriano Cléver Jiménez la campaña «La mano sucia de Chevron-Texaco», es un «show mediático internacional» que encubre los «grandes negociados» en la intermediación del crudo con China, y la explotación del Yasuní ITT, según el Boletín de Prensa de la Asamblea del 2 diciembre de 2013.
Además, dijo que los reportes de Reuters del pasado 26 de noviembre confirman de forma categórica las revelaciones contenidas en el libro «Ecuador Made in China», publicado por su asesor Fernando Villavicencio en el 2012, que revela los grandes volúmenes de petróleo ecuatoriano que son revendidos a las refinerías de Chevron en California-EEUU, por PetroChina (a través de Taurus Petroleum), así como los millonarios perjuicios económicos que esto ocasiona a Ecuador.
En la última semana de diciembre, el despacho de Cléver Jiménez y la vivienda de su asesor Fernando Villavicencio, fueron allanadas supuestamente en medio de una investigación por espionaje.
Según el presidente Correa, el hackeo de sus cuentas de correo electrónico y de otros altos funcionarios originó las investigaciones que llevaron (hasta) Cléver Jiménez y su asesor, asegura el gobierno, desde el diario oficial El Ciudadano del 28 de diciembre.
Un tuit de Villavicencio expuso que el fiscal insinuó que él y Jiménez «están vinculados al caso Chevron».
«Quien entrega petróleo a Chevron es el gobierno y PetroChina», aclaró Villavicencio.
«Lo que está dejando hacer el gobierno, (…), es permitir (…), a las compañías chinas, que las principales reservas de petróleo de Venezuela, que las principales reservas de petróleo de Ecuador, que las principales reservas de minerales de Venezuela y Ecuador, sean controladas por China», dijo Villavicencio durante la presentación del libro en Washington el 7 de febrero de 2013, según el Instituto Interamericano para la Democracia (IID).
PetroChina compra el crudo de Ecuador mediante contratos de largo plazo que ofrecen financiamiento chino por adelantado al país sudamericano, que cuenta con escaso efectivo.
La compañía china ofreció a Petroecuador los primeros 1.000 millones de dólares en financiamiento a mediados del 2009. Para abril del 2010 las compañías chinas estaban recibiendo alrededor de una tercera parte de las exportaciones ecuatorianas de crudo y un año más tarde los volúmenes casi se habían duplicado, según Reuters.
«A mediados del 2013, empresas controladas por el Estado chino recibían un 83 por ciento de las exportaciones de petróleo de Ecuador. Cuando fue anunciado el último préstamo en agosto (2013), el monto del financiamiento que China prometió a Ecuador durante la presidencia de Correa llegó a casi 9.000 millones de dólares», asegura Reuters.
Además, menciona que en el caso de Venezuela, China ya controla crecientes volúmenes de su crudo luego de ofrecer préstamos por al menos 43.000 millones de dólares.
Por su parte, Villavicencio aclara que el dinero no va a Ecuador como créditos desde el Banco de Desarrollo de China, porque PetroChina, con los contratos de provisión de crudo, garantiza petróleo por 10 años a los refinadores, y a cambio obtiene adelantos millonarios que presta de vuelta a Ecuador con muy elevados intereses del 7 por ciento, además aseguró que:
«PetroEcuador vende su petróleo (…), a precios inferiores hasta en 3 dólares por barril al precio del mercado».
«El gobierno asegura que lo vende a precio de mercado. ¿Cómo pueden hacerlo si no lo licitan?»
«El estado ecuatoriano factura a Petrochina un precio descontado, Petrochina le transfiere ese petróleo a Taurus y Taurus lo revende en EE.UU. a precio de mercado. ¿Quién maneja esa diferencia? Esa diferencia la manejan los traders (intermediarios). Estamos hablando de 3 dólares por barril. Nueve millones de barriles al mes».
En estas operaciones PetroChina se asoció con intermediarios privados como Taurus Petroleum con sede en Suiza.
«Taurus es la empresa que carga el crudo de PetroChina en Balao-Esmeraldas, y lo revende en EE.UU. a precios superiores, ganándose entre 2 y 3 dólares por barril, esas diferencias serían depositadas mensualmente por Taurus en cuentas del Helm Bank (EE.UU.) a favor del ciudadano ecuatoriano Enrique Cadena Marín (Naparica Corp), (…), relacionado con altos funcionarios del gobierno, cuyos nombres serán revelados próximamente», anotó Jiménez.
También sostuvo que aunque la justicia y los organismos de control de Ecuador perpetúen la impunidad y la corrupción, en el extranjero el tema está siendo investigado y la justicia de Nueva York lleva adelante una investigación sobre los ilícitos de la intermediación con el crudo ecuatoriano y el rol de Enrique Cadena Marín en este negocio.
Para Fernando Villavicencio «estamos hablando de uno de los casos de corrupción más grandes que hemos vivido en el Ecuador».